9 dic 2010

Las piramides de Maria Luisa...

Al igual que los faraones del antiguo Egipto, María Luisa Faneca quiere dejar constancia de su paso por la historia urbanística de Isla Cristina. Para ello, en vez de pirámides, deja placas conmemorativas en edificios que, o no eran imprescindibles o simplemente no son prácticos más que para la celebración de grandes eventos, por otro lado, escasos durante el año.


Ya apuntaba maneras aquel 24 de Junio de 2008 cuando inauguró un mini-parque infantil que había construido una promotora privada. Desde entonces ha sido una carrera incesante por “inaugurar”. Después vendrían los cambios de locales comerciales (invendibles durante años) por futuros terrenos turísticos que se obtendrían de Islantilla y que, en 2010, todavía no tenemos. Bajo este oscuro sistema, con el cual hipotecó el poco terreno isleño que nos quedaba, se adquirió un antiguo supermercado sin vender junto a la Rotonda de Los Árboles de Colores, el edificio “en bruto” del provisional Ayuntamiento o los terrenos del “botellódromo”. Estas arriesgadas operaciones urbanísticas nunca las consultó con la Oposición, llegaron ya diseñadas al Pleno, donde fueron aprobadas solo con los votos del Equipo de Gobierno y las reticencias manifiestas de los grupos de la Oposición.





Ningún concejal entonces podría pensar que “las formas” de gestionar empeoraría, pero empeoró. Por lo menos, al principio de la legislatura, los proyectos, aún sin ser consensuados con el resto de los Grupos Políticos, llegaban al Pleno donde eran someramente expuestos y votados. Solo en ese momento era cuando la Oposición se enteraba de las pretensiones de María Luisa Faneca y su equipo. Y cambió aún más cuando, por orden de la misma Alcaldesa, en una decisión sin precedentes y nada transparente, le traspasó todo lo relacionado con el urbanismo en Isla Cristina a la Empresa Municipal, con el único fin de que nadie, excepto ellos, se enterasen de lo que allí “se cuece”. Es decir, todos los proyectos derivados a la Empresa, como la compra-venta de terrenos, solares, cambio de parcelas, cambios de “verde” a urbanizable, contrataciones y resto de operaciones, ya no tenían que pasar forzosamente por el plenario, directamente son aprobadas en su Consejo de Administración en el que no hay ningún concejal de la Oposición.
Después de las dudosas operaciones antes descritas llegó el “salvavidas” de cualquier Ayuntamiento, los planes estatales para obras, regionales y provinciales, masivos envíos de dinero con la intención de incentivar la contratación de desempleados. Tan solo sirvieron para “aguantar” durante unos pocos meses la avalancha de críticas que les llovía al Gobierno de Zapatero, desde dentro y de fuera. Como en el resto del país, en Isla Cristina también se hicieron nuevas infraestructuras, otra cosa es la elección, diseño y resultado final.

Al margen del bochornoso proceso que sufrieron las obras del Paseo de Las Palmeras, Paseo Chocolate, De Los Reyes y, sobre todo, la calle Del Carmen, hay dos infraestructuras que merecen ser destacadas, el “Recinto Ferial” y la inmensa nave, presuntuosamente denominada “Pabellón de Muestras y Exposiciones”, ambas levantadas a base de toneladas de hormigón y millones de euros que bien podrían haber servido para paliar las muchas carencias de las familias isleñas más necesitadas.





Las denuncias sobre el Recinto Ferial han sido constantes. Primero, por la “Asociación de Vecinos Parque Central” que hicieron un seguimiento exhaustivo del presunto delito ecológico y después por los Grupos Políticos en el Ayuntamiento que siempre pusieron en duda el procedimiento del cambio de una “zona verde” por otra de hormigón y chapa, así como su excesivo presupuesto, más de 3 millones de euros (casi 600 millones de pesetas), para una obra dedicada solo al ocio y unos pocos días al año.

Pero más inexplicable es la construcción de una nave levantada a base de planchas de cemento en una parcela, entonces, catalogada en el PGOU de Isla Cristina como “deportiva” y que posteriormente fue alterada por el actual Equipo de Gobierno para permitir la edificación, tapiando y encajonando el edificio contiguo. Esta nueva infraestructura se usó para celebrar la Feria Andaluza del Mar (bianual) y que bien se podría haber desarrollado en otra instalación (fija o desmontable), como se ha venido haciendo durante estos diez años.

El GARUM o Centro de Innovación de la Pesca es otra obra de la que la Alcaldesa presume porque dice, entre otras cosas, que “es de Isla Cristina”, y no es cierto. Con dinero y terrenos municipales se compró la antigua “Fábrica Mirabent” por 5 millones de euros (800 millones de pesetas) a pagar, 2,5 millones de euros en metálico y los otros 2,5, otra vez, con terrenos turísticos en Islantilla para, al final, cedérselo a la Junta. Es decir, un edificio que es para toda Andalucía, parte es pagado con dinero de los isleños, y desde hace tiempo “estancado” por los recortes en la inversión.

Estos son los máximos exponentes del afán de maría Luisa Faneca por dejar placas con su nombre. Pero hay otros en los que llegó incluso al ridículo cuando se autoinstaló una losa de mármol con su nombre en el suelo, a la entrada de una pequeña calle, consiguiendo la mofa popular. Otros ejemplos son el desastroso diseño del carril bici, el retraso incesante de la ampliación del Ayuntamiento con la adjudicación a una empresa que podrá explotar las instalaciones municipales a cambio de su construcción, el anuncio de la misma Alcaldesa que no tendremos un nuevo Centro de Salud tras rechazar la ampliación del actual o el incesante endeudamiento de las cuentas que superan ya los 30 millones de euros (más de 5.000 millones de pesetas).






A todos estos despropósitos hay que sumarle el cese fulminante de su, hasta hace poco, mano derecha, el Concejal de Urbanismo, al cual intentó achacar parte de estos fracasos con el único fin de “limpiar” su imagen de cara a las próximas Elecciones Municipales, hecho que no pudo lograr tras la esclarecedora intervención de Vázquez en el último pleno diciendo que todo lo que él hacía lo sabía y conocía la Alcaldesa, incluyendo las obras de Las Palmeras, Paseo de los Reyes, Chocolate y, sobre todo, la Calle del Carmen.

.En contra de la austeridad ordenada por el Presidente del Gobierno de la nación y Secretario General de su partido, José Luis Rodríguez Zapatero, María Luisa Faneca está dejando un agujero económico enorme en las arcas municipales que nos acarrearán serios problemas durante las futuras décadas y solo por dejar “huella” de su paso por Isla Cristina, aferrada al populista discurso de “por el amor al pueblo”, misma línea argumental que el defensor del “nuevo socialismo del siglo XXI”, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez