Por su parte, los mariscadores de coquinas rechazan el borrador de la Junta de Andalucía que pretende regular sus capturas y los de “arrastre” se quejan de la entrada de pescado fresco desde otros países.
No corren buenos tiempos para el sector pesquero y la Junta de Andalucía y los Ayuntamientos gobernados por el PSOE no están colaborando para que esto cambie, están, simplemente, dejando correr el tiempo y esperar a que “amaine el temporal”.
Recientemente hemos tenido acceso a varias noticias referentes al sector pesquero y todas negativas. Por un lado, la denuncia del sector de la chirla que acusa a la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía de tenerlos desinformados, ya que la administración autonómica se comprometió a comunicarles, mensualmente, del desarrollo del estudio que sobre el caladero se supone viene realizándose, mientras los mariscadores esperan que la Dirección de Pesca contacte con ellos para que les faciliten los datos. La parada biológica decretada en diciembre venía acompañada de un seguimiento científico sobre la recuperación de la chirla del que se debería estar informando mensualmente en la Comisión de Seguimiento donde están todas las partes, hecho que no está sucediendo y de ahí la denuncia de los mariscadores. Esta desinformación está provocando el malestar manifiesto del sector que ven como, ya de entrada, la Junta está incumpliendo sus compromisos.
En el mismo orden de cosas, los mariscadores de la coquina han rechazado el borrador que ha propuesto la Junta de Andalucía porque, según ellos, “puede suponer la desaparición de la pesca tradicional que se desarrolla desde hace más de medio siglo”. Representantes del sector han señalado públicamente que están disconformes con el borrador presentado por la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca de Huelva que “propone el cierre a esta actividad desde una embarcación”. A la captura del molusco se dedican 18 barcos de Isla Cristina y Ayamonte que podrían verse “apartados” de la extracción y por lo tanto privados de su modo de subsistencia.
Estos mismos representantes han denunciado que ellos no buscan enfrentamientos con los sectores de “barco” y los “de a pie”, sino que “pedimos no nos cierren la zona de capturas porque no nos dejarían otra opción que amarrar los barcos a puerto y nos daremos de baja en el sector pesquero”.
También los armadores de las embarcaciones de “arrastre” están protestando por la “entrada masiva de pescado fresco en las lonjas del Golfo de Cádiz procedente de terceros países” que, unido a la incesante subida del gasóleo, ponen en peligro la continuidad del sector.
Los representantes de esta modalidad de pesca han denunciado también públicamente que “la entrada en las lonjas andaluzas de pescado fresco procedentes de países como Marruecos o Italia y la subida del precio del combustible a máximos históricos están haciendo muy difícil la continuidad de la actividad pesquera en el Golfo de Cádiz”.
Estos mismos representantes han llegado a declarar que “la entrada masiva de pescado de otros países está perjudicando mucho al sector”. Entran gracias a acuerdos que hacen con éstos países sin contar con el sector y “nos damos cuenta cuando los precios caen en picado, como ahora”. Como ejemplo han puesto el kilo de gambas que en Noviembre o Diciembre se vendía a 10 u 11 euros y ahora se vende a 1,5 euros el kilo, “precios con los que no se puede mantener el sector”.